
Cuando el mundo cambia: emociones del preadolescente con discapacidad y cómo acompañarlo
La preadolescencia es una etapa de transformación intensa. El cuerpo cambia, las emociones se desbordan y la necesidad de identidad y pertenencia crece. Para los preadolescentes con discapacidad, este momento puede vivirse con una carga emocional aún más compleja.
Mientras sus compañeros buscan independencia y experimentan con su apariencia, ellos pueden sentirse diferentes, retrasados o incluso invisibles. Surgen preguntas como:
👉 “¿Por qué no puedo hacer lo que ellos hacen?”
👉 “¿Alguna vez me verán como a los demás?”
👉 “¿Qué pasa si nunca encajo?”
Estas emociones no son pequeñas. Son reales. Y muchas veces, no se expresan con palabras, sino con silencios, cambios de humor, o aislamiento.
💔 Lo que sienten, aunque no siempre lo digan
- Inseguridad: por no verse reflejados en los referentes sociales.
- Frustración: por las barreras físicas o sociales que enfrentan.
- Impotencia: al necesitar ayuda en cosas que sus amigos hacen solos.
- Soledad: cuando no encuentran un espacio donde ser ellos mismos sin sentirse “menos”.
Todo esto puede impactar su autoestima, sus ganas de relacionarse e incluso su rendimiento escolar.
💡 Una recomendación sencilla: validar, no minimizar
Como adultos, padres o educadores, a veces intentamos consolar diciendo “no es para tanto” o “ya pasará”. Pero lo que un preadolescente con discapacidad necesita no es que le quiten el peso de lo que siente, sino que alguien le diga: “Te entiendo. Es normal sentirse así. Y no estás solo/a.”
Validar sus emociones, escucharlos sin juzgar, y abrir espacios de expresión son gestos sencillos pero poderosos. No tienen que sentirse fuertes todo el tiempo. Tienen que saber que es seguro ser vulnerables, y que ser diferente no los hace menos valiosos.
🌟 Y un paso más allá…
La autonomía, por pequeña que sea, es una gran herramienta emocional.
Porque la inclusión también se construye desde el día a día, desde lo más simple... y lo más importante.
🧡 Acompañar no siempre es resolver. A veces, es simplemente estar.
Y tú estás haciendo una gran diferencia.